La bruja de San Antero

La bruja de San Antero es un ámbito en el que suceden singulares y extrañas apariciones de hechiceras, relapsas o justicieras, encantadoras de serpientes y otras figuras de diversas cataduras y oficios como una sencilla lavandera, como una meretriz, como un cortejo de mujeres que quise ser y no fui. La primera parte del libro surgió de un juego entre mi padre y yo. Sentados frente a la puerta de la casa solariega de la infancia o en algún café parisino, mi padre veía pasar mujeres y, generalmente, cuando se conmovía, me decía que yo hubiera podido ser una de ellas. Como una Matrioska contengo a la lavandera de San Antero, a la puta del barrio rojo, a la gitana en Mompox y a otras tantas mujeres. Pero no pierdo de vista que, parafraseando a Borges, yo, que tantas mujeres he sido, no he sido nunca una bruja ni una encantadora de serpientes, aunque hubiera querido serlo. En la segunda parte del libro recorro cementerios lejos del paisaje cerril de San Antero oloroso a salitre y cerca de otros parajes con cruces bizantinas. Muchos deudos, inocentes, tienen la rara esperanza de que el mar nunca las hundirá. Parada frente a la tumba de Yorgos Seferis ?como entre sueños? recordé su poema Helena y a Melina Mercouri en Nunca en domingo, de Jules Dassin. Pero la muerte es la misma en todos los lugares. La misma en Lorica que en Ciénaga de Oro, en el Caribe que en Père Lachaise. Intento huir, en fin, del ornamento, de lo verboso, y no obstante acudir al fragmentarismo que tanto proclamara Apollinaire, bocetar o enunciar una trama. Lo digo sesteando de manera melancólica

Autor: Olga Bula

Precio: $43,000