Una cucharada de dulce con tres gotas de veneno

Tradicionalmente al escritor se le imagina solo, como aquel grabado de Gaya en que el sueño de la razón engendra monstruos, en la soledad de su torre de marfil o en el abandono de su degradación. Dicen también que el escritor muere para escribir la vida, que escribir es salirse del tiempo para que el lector viva lo que ninguno de los dos ha vivido; y es a veces cierto que únicamente el ruido de fondo del universo es compatible con la escritura, pero una obra no nace de una sola persona.

Autor: Luis Miranda Echeverry

Precio: $40,000