Saramago: soy un comunista hormonal

se analizan temas políticos: las apetencias imperiales de Estados Unidos; la necesidad de reinventar una alicaída democracia, hoy reducida a “una especie de misa laica” donde lo único que hacen los ciudadanos es cumplir con el periódico ritual del voto; la pérdida de identidad de la izquierda, cuando equivoca la táctica corriéndose al centro… Un lector desprevenido podría admirarse ante las lúcidas reflexiones de Saramago. Entre ellas una interesa particularmente a los argentinos. Mientras a fines de 2001 se celebraba a los cacerolazos como la primera manifestación de una nueva actitud ciudadana frente a los vicios de la democracia representativa argentina, ya en febrero de 2002, ante la pertinente pregunta de Halperín, el escritor portugués alzó su voz crítica: “llegaron aquí [la Isla de Lanzarote, España] noticias de que finalmente los argentinos y su clase media terminaron de reconocer que existía la pobreza. […] Pero yo me permito decir, con mi experiencia de vida, que esa conciencia no durará nada. A partir del momento en que la situación mejore, la clase media se va a olvidar de los pobres.”

Autor: Saramago, José

Precio: $14,000