La ciudad del poeta

Viajar es buscar nuevos asombros, extraños enigmas, curiosidades. Viajar es un camino hacia el aprender. Dicho camino se vuelve tan ingrávido, tan etéreo que ninguna casa sirve de albergue para el nómada. Cuando éste se cree seguro bajo techo, parte de nuevo en busca de no se sabe qué, y de nuevo insiste y resiste los embates del horizonte, las duras distancias. Viajar es ausentarse para encontrarse y luego perderse en extraños lugares, quizás sin retorno. Viajar sí, viajar para fundar las ciudades como historia y memoria; para vivir sus olores y sabores, lo terrible de su belleza, sus músicas y silencios. Pasear los espacios como quien lee o escribe un libro. Quien viaja, no como turista sino como casero, como forma de ser, vivir y estar, siente la poesía del camino, el aura mágica en los numerosos encuentros. Tal vez estas crónicas sinteticen esas experiencias. Las ciudades aquí reunidas son ciudades-poemas, transmutadas en vuelo, aire, camino y agradecimiento a los poetas amados. En algunas de ellas la mano de Nubia me ayuda a descubrir y a vivir las maravillas, los hallazgos. De ahí que sean también ciudades del deseo, fundadas desde el amor. Ya el trashumante Lawrence Durrell lo dijo: “una ciudad se convierte en un mundo cuando amamos a uno de sus habitantes”. Entonces, edificadas desde el amor, estas crónicas poéticas son tan concretas y reales como los sueños, ríos que fluyen y extensos abrazos, poesía.

Autor: Carlos Fajardo Fajardo

Precio: $25,000